Algunas empresas de biotecnología están estudiando la viabilidad de esta leche de cucaracha como suplemento alimenticio, especialmente para aplicaciones especializadas como la nutrición de astronautas o individuos con desnutrición.
El hallazgo se logró mediante análisis genéticos, que revelaron una gran divergencia con respecto al cocodrilo americano (Crocodylus acutus), la especie conocida hasta ahora.