En una decisión histórica, el Concejo Municipal de Los Ángeles, California, votó por unanimidad para establecer a la ciudad como un "Santuario", prohibiendo el uso de recursos municipales para tareas de control migratorio.
La ordenanza, aprobada el 19 de noviembre, busca evitar que la Policía local colabore con las autoridades federales de inmigración, en anticipación a las promesas de deportaciones masivas del presidente electo, Donald Trump.
"Los Ángeles se mantendrá como una ciudad acogedora e inclusiva para todos sus residentes, independientemente de su estatus migratorio", señaló el alcalde Eric Garcetti tras la aprobación de la medida.
Esta decisión se enmarca en el creciente movimiento de "ciudades santuario" en Estados Unidos, que se niegan a utilizar recursos locales para hacer cumplir la ley de inmigración federal.
Activistas y defensores de los derechos de los inmigrantes celebraron la medida, calificándola como un "bastión de esperanza" en tiempos de incertidumbre migratoria bajo la próxima administración Trump.
El Concejo Municipal reafirmó su compromiso de proteger a todos los residentes de Los Ángeles, independientemente de su estatus legal, en un claro desafío a las políticas migratorias más restrictivas que se perfilan a nivel federal.